Reflexión Isaías 55, 1-6

Por: Rubén Parra

1. Oh, todos los sedientos, id por agua, y los que no tenéis plata, venid, comprad y comed, sin plata, y sin pagar, vino y leche!
2. ¿Por qué gastar plata en lo que no es pan, y vuestro jornal en lo que no sacia? Hacedme caso y comed cosa buena, y disfrutaréis con algo sustancioso.
3. Aplicad el oído y acudid a mí, oíd y vivirá vuestra alma. Pues voy a firmar con vosotros una alianza eterna: las amorosas y files promesas hechas a David.
4. Mira que por testigo de las naciones le he puesto, caudillo y legislador de las naciones.
5. Mira que a un pueblo que no conocías has de convocar, y un pueblo que no te conocía, a ti correrá por amor de Yahveh tu Dios y por el Santo de Israel, porque te ha honrado.
6. Buscad a Yahveh mientras se deja encontrar, llamadle mientras está cercano.

1a Sedientos todos:
Todos estamos sedientos de Dios, de su presencia, de agradarle, de servirle con amor, pureza y sencillez de corazón, aún a pesar de las circunstancias o el estado de ánimo, es necesario reconocernos sedientos de Dios.

1b Id por agua:
Buscar y beber del agua de vida eterna, aproximarse a la fuente divina y beber de su agua, bañarse con la suave brisa de su Espíritu Santo y dejarse limpiar, sanar, quebrantar, transformar, convertir…

1c Los que no tenéis dinero, venid, comprad y comed de balde, vino y leche sin pagar…:
Más claro que el agua, de igual manera, todos aquellos que tengan la necesidad de saciarse, no materialmente, si no, saciarse en la necesidad del alma y del corazón. Es saciarse pero del alimento celestial,  cabe mencionar, que el Señor nos da sin medida, en el oriente el vino, la leche, el agua la vendían en las calles y el vendedor gritaba como anunciador de radio los precios de los productos y la gente preparaba su dinero para comprar, aquí cabe hacer mención, que en el occidente cuando uno cumple años, espera a que otros les den regalos, pero en el oriente pasa lo contario con aquellos que se saben bendecidos por Dios, ellos en vez de esperar regalos, ellos, regalan a otros en agradecimiento por las bendiciones recibas por Dios…

2a ¿A qué gastar en lo que no alimenta y fatigarse por lo que no sacia?
Es necesario que nos preguntemos ¿en qué estamos invirtiendo más? ¿En las cosas del mundo o en las de arriba?, ¿Qué son aquellas cosas que están alimentando nuestra vida? ¿Las del mundo o en las de Dios?, ¿en dónde estamos poniendo nuestra atención, en que estamos invirtiendo nuestra pasión, nuestro entusiasmo, nuestra vida?

2b Hacedme caso y comeréis bien, disfrutaréis de algo sustancioso.
El alimento que necesitamos es el de la palabra de Dios, una vez escuchando un tema de una serie que se llama “Como las águilas” en donde el predicador reflexiona las características del águila y como Dios usa esta imagen de esta ave para darnos a conocer sus propósitos, en cuestión del alimento dice primero que nada necesitamos “purgarnos” es decir, limpiarnos de aquello que hemos alimentado el corazón y el alma… quitarnos el corazón de piedra y entrar al quirófano para que Dios nos sane, es decirle al Señor, “sáname Señor, estoy enfermos, cámbiame la dieta, no estoy comiendo bien, estoy comiendo basura, que me va a destruir, que me va a matar”… el predicador dice que el águila no como carroña, es decir que come selecto, es decir, el águila selecciona su comida, jamás verás a una águila comer carroña, jamás, el águila come como en Isaías 40, el águila espiritual, no es herbívora, no come hierba sino la palabra de Dios, su alimento principal, la fuente de su fuerza, de su vigor, de su textura, de su apariencia, es por la palabra que come, un águila come pan que rejuvenece su alma, Salmo 103, (sacias…) es la palabra que entra en nuestra alma y rejuvenece nuestra vida, un águila come “pan fresco” no como “enlatado” no carroña sino come alimento nuevo, fresco, actual, sustancioso, sólido, consistente y con todos los nutrientes que necesita nuestra alma, no come leche adulterada, aún los pichones no lo hacen dice San Pedro, es sentarnos a sus pies como María, diciéndole, “Señor dame alimento… dame tu presencia…”

3a Escuchadme y acudid a mí; oíd y vuestra vida prosperará:
Cuando nos dejamos guiar por el Señor nuestra vida prospera abundantemente, cuando nos permitimos acercarnos a Él y a escucharle y recibir dirección de Él, nuestra vida toma una dimensión sobrenatural, aquí es necesario recordar como lo decimos en el discipulado: “¿Quién es tu maestro? ¿De quién recibes instrucción para tu vida? ¿A quién escuchamos más? ¿A nuestros razonamientos o a la voz del Señor? que muchas veces o normalmente va contra corriente del mundo, más adelante el los versículos 8 y 9 nos habla de cuanto están tan distantes sus pensamientos de los nuestros y de nuestros proyectos a los suyos… acudamos a Él para conocer cuáles son su pensamientos y cuales con sus proyectos para nosotros.

3b Haré con vosotros una alianza terna: las fieles promesas hechas a David:
WOW! una alianza eterna... es decir, sin fin… sin caducidad, no es “perecedera” como los alimentos, una alianza que nada ni nadie la destruirá ya que es palabra de Dios… y cuáles serán esas FIELES promesas, (nótese las mayúsculas) hechas a David, Isaías lo dice en el capítulo 59 versículo 21: “Cuanto a mí, esta es la alianza con ellos, dice Yahveh. Mi espíritu que ha venido sobre ti y mis palabras que he puesto en tus labios no caerán de tu boca ni de la boca de tu descendencia ni de la boca de la descendencia de tu descendencia, dice Yahveh, desde ahora y para siempre.” Y Jeremías lo dice en el capítulo 31 versículo 33 y 34: “Sino que esta será la alianza que yo pacte con la casa de Israel, después de aquellos días - oráculo de Yahveh -: pondré mi Ley en su interior y sobre sus corazones la escribiré, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.
Ya no tendrán que adoctrinar más el uno a su prójimo y el otro a su hermano, diciendo: «Conoced a Yahveh», pues todos ellos me conocerán del más chico al más grande - - oráculo de Yahveh - cuando perdone su culpa, y de su pecado no vuelva a acordarme.” Otra vez WOW, promesas inquebrantables, promesas FIELES para ti y para mí…

4Le nombré testigo de las naciones, caudillo y legislador de los pueblos:
Testigos de su amor y de su palabra, de sus obras y de sus proyectos, “no podemos callar lo que hemos visto y oído” (Hechos 4,20) seremos quienes anuncian con poder y con amor su palabra, adiestrados e instruidos por Dios en la batalla espiritual.

5Lamarás a un pueblo que no conocías, un pueblo que no te conocía a ti correrá, por amor de Yahvé tu Dios, por el Santo de Israel, que te honra:
Anunciaremos a pueblos desconocidos para nosotros y ellos acudirán a nosotros a que les compartamos al Señor a través del testimonio y de su palabra.

6 Buscad a Yahvé mientras se deja encontrar; invocad a Yahvé mientras está cercano:
No desaprovechemos este momento de gracia para la comunidad en donde Él promete estar más cercano de lo que imaginamos, pensamos o creemos, Dios está listo para escucharnos y bendecirnos.

Leer y meditar Sofonías 3, 9-21

Amén…